jueves, 21 de abril de 2011

Mon (La puerta)

¿Os gustan las historias de amor apasionado? Esas en las que los amantes deben poner a prueba sus sentimientos enfrentándose a las situaciones más rocambolescas y adversas, movidos únicamente por el deseo y la pasión, siendo la recompensa la mano de la otra persona...

A mí no. Siempre me he preguntado qué habría detrás del beso final. ¿Podrían ser capaces de seguir amándose en un entorno distinto al del primer momento? ¿Qué será de ese amor cuando la monotonía y la convivencia diaria pongan fin a la pasión y quede solo la costumbre? ¿Serán capaces de envejecer juntos, de mantenerse impasibles ante la pérdida de la juventud y la belleza? Cuando todo esto ocurra, ¿seguirán juntos?

Nunca me pareció que esas historias tratasen sobre el amor verdadero, siempre parecían hablar sobre algo tan visceral como pasajero, amor tan fogoso que se consume a sí mismo y del que pronto no quedarán más que cenizas...

Sosuke y Oyone son un joven matrimonio que ya ha perdido la pasión. En el umbral de la pobreza, se ven obligados a acoger en su hogar a Koroku, hermano pequeño de Sosuke y a costear sus caros estudios universitarios.

Portada de la edición española


La morada de la pareja protagonista de Mon (La puerta) está impregnada de melancolía y desesperanza. Con tanta parsimonia y delicadeza como nerviosismo y desazón, el autor japonés Natsume Soseki irá revelando sobre qué cimientos se ha construido la amarga felicidad de Sosuke y Oyone. Un halo de angustioso misterio cubre el pasado y el presente de esta pequeña familia, refugiada en la monotonía del día a día y corrida por los remordimientos y la culpa, cuyo origen no se puede sino intuir, pues el escritor no lo pronunciará de forma explícita.

En un ambiente tan desesperanzador como es el marco en el que se desarrolla la historia, me sorprendió lo que llegué a encontrar. El incendio ya había pasado, pero aún quedan unas brasas que, si bien ya no arden como antes, son aun más difíciles de apagar. Para muchos, la base de esta obra es la crisis en la que viven personajes. Para mí, la esencia era la tenue pero cálida llama del cariño que se profesan Sosuke y Oyone.

Cómo se buscan, se preocupan, se aceptan con todos sus defectos, se sacrifican por el otro… Parece que no hay decisión que no tome uno sin que el otro esté en su pensamiento. La situación les es adversa en muchos sentidos; su propio amor les ha propiciado sus desdichas. Pero son conscientes de que son cuánto necesitan para ser felices. Por muy difícil que sea, Sosuke sin Oyone y Oyone sin Sosuke no estarían completos

Portada de la edición japonesa
Es un amor delicado, pero inquebrantable, capaz de superar no solo el ostracismo, la vergüenza o el pecado, sino también el tiempo, la monotonía, los defectos.

Viviendo en una sociedad en la que el amor se ha convertido en algo trivial y superficial, este libro me ha mostrado un amor más real que cualquier otro.

jueves, 7 de abril de 2011

La materia oscura

Existen libros para disfrutar, libros para pensar y libros para estudiar. La materia oscura de Philip Pullman es una mezcla de estas tres cosas.


La trama de estos tres libros (Luces del norte, La daga y El catalejo lacado) se basa en la ya famosa teoría de los "multiversos", es decir, de la existencia de múltiples universos paralelos al nuestro, que coexisten en el espacio y el tiempo pero en diferentes planos.

En uno de estos mundos vive Lyra, la protagonista principal de estas tres novelas. En su Oxford natal, esta huérfana de once años descubre accidentalmente la existencia de una partícula considerada herética por la poderosa Iglesia de su mundo: el Polvo. A partir de su descubrimiento, Lyra se ve envuelta en una red de intrigas, secuestros, viajes y aventuras que la llevarán a dejar atrás su niñez, entrando en el mundo de los adultos, madurando y perdiendo la inocencia por el camino.

Uno de los rasgos más característicos de estas novelas es el hecho de que en el mundo de Lyra son los daimonios, una parte del alma de las personas que habita fuera de ellas. Durante la niñez y la adolescencia estos daimonios cambian de forma a placer, siemrpe imitando a los animales. Sin embargo, durante la adolescencia su aspecto se empieza a fijar hasta establecerse con una única apariencia animal que refleja la personalidad del humano.

Me gustaron especialmente los personajes que van apareciendo paulatinamente durante las novelas. No son personajes planos, sino con sus muchos defectos y también virtudes. A primera vista uno puede no darse cuenta, pero se nota especialmente cuanto más se ahonda en ellos.
Es necesario aclarar que, si bien es una novela orientada a un público joven, contiene una gran cantidad de referencias y citas a diferentes autores como John Milton. Esto es debido a que, a pesar de su apariencia de novela juvenil, el autor te obliga a plantearte diferentes problemas existenciales y teológicos.

Nunca habría imaginado que en una novela de aventuras terminara por preguntarme sobre la expulsión del hombre del Edén, el origen del pecado y su naturaleza, así como la función de la religión.

Personalmente, dudo que yo haya logrado entender la gran cantidad de alegorías del libro, al igual que algunos puntos me parecen un poco flojos. Más bien diría que están poco desarrollados, y debería habérselos ahorrado. Quizá se explique más tarde en otros libros relacionados que ha escrito y está escribiendo ahora mismo.

Mi conclusión fue que, según los libros, el Pecado Original fue un acontecimiento afortunado para el hombre. Pullman defiende fervientemente que este momento significó la liberación del intelecto humano. Cuando Adán y Eva probaron el fruto prohibido que la serpiente, eterno símbolo de la sabiduría, les ofrece; su conciencia se liberó, adquirieron Conocimiento. Esto simbolizaría el paso de la infancia a la adultez, a una madurez mental que nos libera de la ignorancia, arrebatándonos, de paso, la inocencia.

Es aquí donde, personalmente, me encuentro en una encrucijada. Dicen que la ignorancia nos da la felicidad, y como ejemplo gráfico están Adán y Eva, inocentes y felices en el Paraíso. Sin embargo, también recoge la Biblia que solo la verdad nos hace libres.

Ese es el punto clave, en el que Pullman se inclina claramente por la libertad y el conocimiento. La conciencia antes de la ignorancia, aunque eso conlleve ciertos sufrimientos.

No es como si pudiéramos escoger de todas formas: el ser humano está marcado por el Pecado desde que Adán y Eva tomaron su decisión por todos nosotros. No hay vuelta atrás... no parece existir un redentor en el mundo de Lyra como el Jesús del Cristianismo. Los humanos están sentenciados y eso me recuerda al pasaje de la Biblia en el que Dios manda a un ángel con una espada de fuego para asegurarse de que no volvemos al mundo de felicidad que un día rechazamos.

Y sin embargo, si tuvierais la oportunidad.... ¿qué escogeríais?
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