martes, 17 de diciembre de 2013

Premios Koreander - II Edición

¿Qué tiene el mes de diciembre que siempre nos trae de cabeza? Que la Navidad, es época tan querida y tan temida a la vez, está a la vuelta de la esquina. Este amor/miedo que se le tiene a esta dicotómica festividad es obvio. Más allá de los reencuentros familiares no siempre deseados, estamos en época de dar y recibir regalos. Y claro, no siempre sabemos con qué acertar, por no decir que rara vez aciertan con nosotros.

Por eso, para ayudaros a los indecisos que no sabéis qué regalarle a este extraño primo que se pasa el día con las narices pegadas a un libro... o, al contrario, para que ayudéis a ese extraño primo que no entiende la deliciosa sensación de tener las narices metidas en un libro, os traemos ¡La Segunda Edición de los Premios Koreander!




Y es Segunda porque ya hace un añito casi hicimos una Primera que podéis consultar cada vez que os apetezca.


Recordemos que, para hacer más divertido estas recomendaciones pascueras, lo hacemos como si de un concurso se tratase, dividiendo las recomendaciones en categorías distintas (no fijas, siempre puede haber modificaciones según lo que hayamos leído) y siguiendo las siguientes bases para ser candidato a un Premio Koreander:
  1. Deben ser libros que alguna de las autoras del blog haya leído ese año, no importa cuándo fueran escritos. 
  2. Tienen que llamar la atención de las mismas de un modo especial, sobresaliendo por encima otros de su género, de modo que tenga un aspecto que lo caracterice como parte de alguna de las categorías.
  3. No son válidos relatos cortos o poemas, a no ser que se trate de una obra de recopilación. La obra premiada debe ser mínimamente extensa, como una novela corta.
  4. No se premian sagas completas, tan solo un único libro por saga y año. 
  5. Se tendrán especialemente en cuenta las recomendaciones de los lectores del blog a la hora de leer para nominar. Aunque eso no garantice que consiga el premio. Ya sabéis, a participar de forma más activa. En próximas ediciones agradeceremos a aquellos que nos hayan recomendado algún libro, haya o no ganado. En el caso de que gane, además, lo incluiremos junto al nombre del libro premiado. 
  6. Nos comprometemos a hacer una crítica de todos los libros recomendados y premiados, ya sea antes o después de la edición correspondiente, siempre y cuando sean libros de ficción. Esto no significa que libros no ficticios puedan comentarse en algún momento.
  7. Los Premios tendrán lugar cada mes de diciembre. Esto significa que solo entran en concurso los libros leídos entre enero y diciembre del año en que se otorga el Premio. 
  8. Una misma obra no puede estar en dos categorías a la vez ni ganar el premio en más de un certamen.
Una vez más rogamos vuestra comprensión si no estáis de acuerdo con nuestras elecciones. Ningún autor recibirá premio material de ningún tipo, tan solo el "privilegio" de hablemos de su obra en nuestro blog. 

Dada la gran cantidad de obras que hemos disfrutado este año, nos hemos visto obligadas a incluir algunas categorías más que el año pasado. Las categorías finales para esta son:

La obra más terrorífica
La obra más romántica
La obra más instructiva
La obra más trágica
La obra más cómica
La obra más épica
La obra más compleja
La obra más impredecible
La obra más hermosa
La obra más tierna
La obra más imaginativa
Premio especial a la obra más decepcionante

Y dejando de marear ya la perdiz, pasemos a los ganadores con un redoble de tambores

Ganadora del Premio a la obra más terrorífica: La isla del doctor Moreau de H.G. Wells.

Hemos decidido premiar a esta obra dentro de esta categoría concreta (pues son muchos los temas que abarca) no solo por la genialidad del autor, que hace que te sientas el mismo terror que el desventurado náufrago que arriba a la isla de Moreau, sino por ser un claro ejemplo que el miedo no está necesariamente encarnado en la figura de fantasmas, vampiros u otros seres extraordinarios salidos de ultratumba. En ocasiones el mayor de los peligros tiene un rostro peligrosamente humano.

Ganadora del Premio a la obra más romántica: El pacto de los Sterkarm de Susan Price.
Quizás no sea la obra de romántica más convencional, ni sea este el tema central de esta épica novela de viajes temporales, pero el amor no deja de ser una constante en la misma. Ya sea bajo la forma de amor sexual, romántico o paternofilial, El pacto de los Sterkarm es una obra con la que sonreír y llorar ante las eternas muestras de afecto que sus personajes se profesan.

Ganadora del Premio a la obra más instructiva: Cine y traducción de Federic Chaume.
El motivo por el que nos vemos obligadas a premiar este libro es muy simple: nos ha sido de una gran ayuda en nuestra especialización audiovisual. Más que recomendable para todos aquellos traductores interesados en el tema, Cine y traducción es un recorrido desde lo más básico a lo más complejo que dará muchas buenas ideas a nuestros compañeros de profesión.

Ganadora del Premio a la obra más trágica: El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald. 

¿Quién no ha querido vivir el Sueño Americano? Triunfar a base de esfuerzo, ver cómo se recompensan las penalidades sufridas... La frivolidad e hipocresía de la realidad darán la vuelta a los logros que el protagonista, Jay Gatsby a conseguido sin ayuda de nadie con el único fin de ofrecerle a su amada lo que la pobreza no le permitía. 



Ganadora del Premio a la obra más cómica:  El asno de oro de Lucio Apuleyo.

Aunque esté escrita en el siglo II, estamos ante una obra que no ha perdido un ápice de su frescura e ingenio. No es necesario ser un gran conocedor de la cultura y mitología grecolatina, este libro hará de las delicias de todos aquellos que busquen un libro picantemente divertido y en el que predominan los enredos y las situaciones más vergonzosas.

Ganadora del Premio a la obra más épica: La odisea de Homero.
El conocidísimo poema épico de Homero nos ofrece una gran variedad de paisajes y situaciones extremas en las que un héroe predomina sobre los monstruos gracias no a la fuerza bruta de la que hacen gala otros grandes héroes como Hércules o Aquiles, sino a su ingenio e intelecto. Este detalle es el que hace diferente a esta obra y nos anima a soñar y disfrutar de las hazañas de Ulises u Odiseo, el nombre griego original al que se refiere el título.

Ganadora del Premio a la obra más compleja: La mano izquierda de la oscuridad de Ursula Le Guin.
Complejidad no es sinónimo de pesadez o desconcierto. Si bien la lectura de esta novela de Le Guin precisa tiempo, mucha paciencia y una mente abierta, quienes consigan sobrevivir al infierno de hielo del planeta Geden y la "ambigüedad" de sus inquietantes habitantes encontrarán una bella historia sobre amor, amistad y sacrificio que destaca por su imaginación y la filosofía que la empapa.
Ganadora del Premio a la obra más impredecible: Ciudad de cristal de Paul Auster.
¿Alguien concibe la idea de una novela de detectives en la que no haya crimen alguno? Eso es lo que nos plantea esta historia rocambolesca, en la que un hombre solitario decide suplantar la identidad de un detective y se ve envuelto en un caso verdaderamente extraño, que le hace plantearse su propia identidad y a la vez saca a la luz terribles fantasmas de su pasado.

Ganadora del Premio a la obra más hermosa: Hojas de hierba de Walt Whitman.
La única obra de Walt Whitman, a la que dedicó toda su vida, es un hermoso libro de poemas donde encontramos la esencia de la cultura estadounidense. Es un canto a la naturaleza y al hombre en sí mismo, a nuestra conciencia de lo que somos y de lo que formamos parte.

Ganadora del Premio a la obra más tierna: La leyenda de una casa solariega de Selma Lagerlöf.
Esta reinterpretación del cuento de La bella y la bestia, planteado de una manera mucho más psicológica, está escrita con una ternura y elegancia que solo un genio de la talla de la ganadora del Premio Nobel Selma Lagerlöf podría ser capaz de crear. Quien quiera disfrutar de un relato sensible, enmarcado en un idílico paisaje sueco, no puede perderse esta obra.


Ganadora del Premio a la obra más imaginativa:  Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll.
Lewis Carroll supo convertir el surrealismo en una novela de aventuras y extraña filosofía. El lenguaje, las matemáticas, los sueños, la política, la naturaleza... todo se mezcla en un hermoso y a la vez terrorífico mundo del que Alicia intenta salir con paso vacilante. Consiguen que nos asombremos junto con la protagonista y nos veamos imbuidos en un sueño carente de sentido que parece nunca acabar.

Premio especial a la obra más decepcionante: Fuego errante (El tapiz de Fionavar II) de Guy Gavriel Kay
Para muchos aficionados a la literatura fantástica Guy Gavriel Kay es un nombre de obligado conocimiento. Sin embargo, su trilogía El tapiz de Fionavar no lo hace en absoluto merecedor de tan alta estima (por suerte son muchos admiradores los que afirman que se trata de, posiblemente, su peor obra). Si El árbol del verano, título primero de esta trilogía, no terminaba de convencer, Fuego errante termina casi por disipar el interés del lector por conocer el final de la historia con Sendero de tinieblas.

¡Y ya está! Con esto ponemos fin a nuestras macro-recomendaciones navideñas. No dudéis en comentar sobre vuestras impresiones, estéis de acuerdo con nosotras o no, y, si tenéis algún tipo de recomendación, no dudéis en hacerla. Nos encanta hablar con vosotros, pero no lo hagáis siempre por privado. ¡Dad la cara, cobardes!

¡Y feliz Navidad!

martes, 5 de noviembre de 2013

La Emperatriz de los Etéreos

Laura Gallego García es una de las autoras más populares de nuestro país. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y han enganchado a múltiples lectores, jóvenes en su mayoría, que esperan cada año con ansia la nueva publicación con la que los deleite.

Antes de acceder a esta obra en concreto, ya había leído bastantes obras de esta autora, aunque prefiero no pararme especialmente en ninguna de ellas ya que la que nos ocupa es La Emperatriz de los Etéreos, que quizá resume muy bien los puntos que más se han ensalzado de esta autora en el resto de sus obras. Sin embargo, la forma en la que se han llevado a cabo en este libro nos deja con una sensación bastante distinta.

La cubierta es preciosa, eso sí.
En un mundo de hielo, la única forma de sobrevivir parece ser ocultándose bajo tierra, y eso es lo que hacen Bipa, Aer y sus familiares y amigos. Mientras que Bipa es una chica con los pies en la tierra, Aer es un soñador, cualidad heredada de su padre, que partió un día a través del hielo en busca de la legendaria Emperatriz de los Etéreos para nunca volver. Un día, Aer decide ir en pos del sueño de su padre, idea que escandaliza a Bipa. La protagonista de esta historia decide marchar tras él para convencerlo de su locura y traerlo de regreso a casa, afrontando situaciones que nunca imaginaría.

Al igual que la gran mayoría de sus libros, Laura Gallego hace una defensa encarnizada de la naturaleza, aunque en esta ocasión parece haberse salido demasiado del molde. Parece olvidar que la naturaleza engloba no solo la primavera con sus árboles florecidos y el sol brillante, sino también el invierno frío y la nieve sobre el suelo. En este libro pareciera que la naturaleza se refiere solo a lo primero, y solo esta parte de ella es benigna mientras que el invierno es cruel y despiadado y hemos de desconfiar en él. No parece reflexionar sobre el hecho de que ambos son secciones de un mismo ciclo y uno o puede existir sin el otro.


Por otro lado, durante todo el libro está presente la contraposición de los conceptos de la realidad, representada por el personaje de Bipa; y la imaginación, personificada por Aer. Solo asistimos a las dificultades de Bipa durante el camino, haciendo que nos identifiquemos únicamente con su punto de vista, descubriendo al final que, como ya te han preparado para creer durante todo el libro, Aer está cometiendo una locura tal que puede costarle la vida. Así, parece que la autora quisiera exponernos de los peligros de vivir en nuestro mundo imaginario sin afrontar la vida real, por cruda que nos parezca. Sin embargo, los hechos revelan un mensaje mucho más radical, en el que la imaginación parece no servir absolutamente para nada más que para poner en peligro a quien la tiene y a los que están a su alrededor. Un mensaje bastante irónico viniendo de una escritora, y más aún de una escritora de literatura fantástica juvenil.


Bipa, la heroína de la historia, nos es presentada como un personaje incómodo para los que la rodean, pero sin malas intenciones. Se escuda constantemente en su pragmatismo y sinceridad brutales para que entendamos su forma de ser, pero eso no es excusa para su comportamiento maleducado y desconsiderado. No le importa herir los sentimientos de los demás hasta el punto que sea necesario mientras sea para probar que tiene razón, ni faltar al respeto a aquellos que la acogen sin reservas, estén o no equivocados y tengan o no algo mejor que ofrecerles.

Además de esto, defiende un estilo de vida conformista, sin ningún tipo de interés e inquietud por llegar a conseguir algo mejor, a pesar de que las condiciones de vida que tienen son terribles. La mera curiosidad parece un impedimento para la felicidad, ya que solo nos hace soñar con aquello que no podemos tener, sin pararnos a considerar que, quizá, podríamos ser capaces de crearlo nosotros mismos. Se les escapa que, para conseguir algo nuevo y mejor, primero hay que soñarlo. Luego, tener el valor para hacerlo. Aquí el único cambio a mejor surge de la casualidad, sin que nadie lo haya imaginado ni lo busque. Como un premio que te toca en una tómbola donde el único precio que has pagado es mantenerte en tus trece y tratar de convencer a todo el que se te cruce por el camino de que tus ideas y no otras son las correctas, de perseguir a alguien sin el menor respeto a sus decisiones y deseos, aparentemente con el único objetivo de decir el para todos odiado "te lo dije".


Quizá lo más incómodo y desagradable de toda la historia sea que, a pesar de tratarse de una defensa encarnizada de la naturaleza en su máximo esplendor primaveral, en la cima de su belleza y exuberancia... nada de todo esto depende de nosotros. Tanto el invierno como la primavera son provocados por un elemento externo, el sol, y nosotros no intervenimos en ese proceso. En el resto de su obra, Laura Gallego defiende que el ser humano debe ser respetuoso con la naturaleza, parar la contaminación desmedida y dejar de lado nuestra indiferencia a lo que nos da vida. Esta vez es la naturaleza la que, por alguna razón, decide ser cruel sin razón alguna. Y sin que hayamos hecho ningún mérito real, vuelve a ser afable y acogedora. 


La intención de la autora era buena, no lo dudo, y de hecho esto se deja ver en toda la obra. Pero a veces, cuando tratamos de hacer una obra con aspiraciones a tratado filosófico el tiro sale por la culata y nos vemos a nosotros mismos retratando ideas si no negativas, cuanto menos contradictorias.

miércoles, 30 de octubre de 2013

El guardavías

El guardavías es, quizás, uno de los relatos menos conocidos de Charles Dickens. Cuesta imaginar al hombre que escribió novelas como Oliver Twist y David Copperfield, tan realistas y reivindicativas sobre la realidad de su tiempo, narrándonos una historia de horror sobrenatural.

Escribe, escribe.
Debo admitir que Dickens es uno de mis escritores favoritos, tanto por su versatilidad como por su atrevimiento y lucidez. Aquí tenemos un ejemplo de su facilidad para la escritura, en una historia corta que desde el primer momento logra impregnarte del misterio que rodea toda la escena, transportándote directamente en el lugar donde ocurren los sucesos. 

El narrador de la historia conoce casi por casualidad al guardavías, que en un primer momento se asusta al notar su presencia y lo confunde con un ser de naturaleza extraña. Pronto entablan conversación y traban amistad, pero no es hasta su segundo encuentro que el guardavías se sincera: En dos ocasiones ha visto una especie de espectro rondando por las vías. Podría haber sido un hombre normal, pero sus actuaciones son de los más erráticas y además, después de cada visita un accidente ha tenido lugar, cobrándose las vidas de pasajeros.

Las preguntas del guardavías son aún más interesantes. El buen hombre se encuentra desesperado, interrogándose una y otra vez por qué se manifiesta ese espectro a él, que nada puede hacer desde su puesto para prevenir tales catástrofes. Su inquietud es aún mayor puesto que en los últimos días lo ha visitado en gran cantidad de ocasiones, una de ellas incluso ante su nuevo amigo. El narrador deduce que se trata de alucinaciones y le aconseja que descanse o visite a un médico, preocupado por su salud mental. Cuando vuelve a visitarlo, sin embargo, se lleva una sorpresa...

Debo decir que me causó bastante impresión el final de esta historia. Aunque la interpretación queda a la imaginación de cada uno y la razón de tales apariciones no son explicadas, descubrir la identidad del espectro fue un golpe que me dejó perpleja y maravillada a partes iguales.

Espero que vosotros, tras leer esta historia y salgáis de vuestro estupor por el final comentéis con nosotras vuestras impresiones sobre el mismo y sobre el resto de las historias que aquí hemos comentado. Pasadlo muy bien, disfrazáos, salid a pedir caramelos, volved a casa y a media luz ved películas de terror y leed muchos relatos de terror.

¡Feliz Halloween! 

sábado, 26 de octubre de 2013

Una cama terriblemente extraña

Un joven inglés amasa una importante fortuna apostando en una casa de juegos de los barrios bajos parisinos. Demasiado bebido como para volver a su residencia, decide pasar la noche en esa misma casa. Tras recostarse en la cama con dosel de su dormitorio, pero incapaz de conciliar el sueño y esperando distraerse, empieza a observar todo lo que lo rodea. De repente se da cuenta de que el sombrero del personaje de un cuadro ha "desaparecido" bajo el dosel.


Una cama terriblemente extraña es un relato breve perteneciente a una saga de seis, conocida como After Dark, publicada en 1856. El nexo de estas historias es un pintor cuyos clientes le relatan mientras son retrados algunas de sus más peligrosas vivencias, caracterizadas por cierto aire gótico y detectivesco.

Es fantástico que Wilkie Collins haya decidido narrar su relato desde el punto de vista de Faulkner, protagonista del mismo, pues resulta mucho más fácil recrearse en el horror y en la desesperación que hace presa el pobre apostador, que es plenamente consciente de que si no juega bien sus cartas, perderá la que podría ser su última partida.

Como insomne que soy, he sentido cierto placer masoquista al reconocerme a la perfección ante la descripción de una persona que no puede dormir y que intenta distraerse con lo que puede, hasta que la falta de sueño y el exceso de cansancio le empiezan a jugar malas pasadas y a producirle cierta paranoia... que en este caso está totalmente justificada.

No deja de ser curioso como de algo tan simple y cotidiano como la imposibilidad de conciliar el sueño se puede crear una historia tan angustiosa como esta.

No es ninguna historia de fantasmas, no hay ningún tipo de ente paranormal, como tampoco hay locura u obsesión malsana de ninguna clase, ni nada macabro. Es puro y simple terror ante algo que es (o al menos parece) inminente, angustia ante una muerte prácticamente segura de la que será complicado salir impune, y más complicado aún que tus asesinos no descubran que has escapado con vida.

Y también terror ante la codicia humana, pues hay personas que, aunque nos muestren una cara amable y altruista, no solo no dudan en poner sus intereses por encima de los demás, sino en aplastarlos para conseguir lo que quieren, así tengan que cometer un horrible crimen por algo tan banal como el dinero.


miércoles, 16 de octubre de 2013

Berenice

"Dicebant mihi sodales, si sepulchrum amicae visitarem, curas meas aliquantulum fore levatas" 
Ebn Zaiat

Con esta frase ("decíanme los amigos que encontraría algún alivio a mi dolor visitando la tumba de la amada"), presente en la ignominiosa cajita de Egaeus, da comienzo Edgar Allan Poe a Berenice, uno de sus primeros y más polémicos relatos, y con el que continuamos nuestro primer Mes del Terror.

Egaeus según una revista vintage japonesa.
El narrador, Egaeus, es un joven enfermizo, melancólico y monomaníaco. Su prima y prometida, la antaño vivaz y hermosa Berenice, sufre una fuerte epilepsia que suele desembocar en catalepsia. La prematura muerte de la joven, así como la última visión que tuvo de ella, atormentarán a Egaeus hasta el punto de hacerle perder la razón y cometer un espantoso crimen.

Que dentro de la producción de un autor tan dado al tenebrismo y lo macabro esta obra se considere especialmente perturbadora no es decir poco. El espanto que Berenice causó aquellos lectores que posaron sus ojos en las páginas del Southern Literary Messenger en marzo de 1835 fue tan grande que Poe se vio obligado a suprimir varios párrafos cara a futuras ediciones; párrafos que hoy en día no siempre (por no decir rara vez) aparecen publicados.

Quizás esta censura actual sea por tradición, o por no atormentar en demasía al ya angustiado lector. Pero especialistas en la obra del escritor estadounidense como Julio Cortázar (traductor de la obra que yo poseo) o Charles Baudelaire aseguran que el relato mejoró notablemente con dicha elipsis. Bien es cierto que esto da un último toque de oscuridad, haciéndonos más partícipes de la locura de Egaeus y que podamos compartir más su terror al descubrir su pecado. Y es que, incluso en la versión no censurada la violencia de los hechos es más tácita que manifiesta, dejándolo todo a la imaginación e inteligencia del lector. Con todo, el espectáculo que se intuye es verdaderamente macabro.

Visión: Dientes de Berenice (Odilon Redon)

Cada vez más indiferente hacia su demacrada prometida, Egaeus la desatiende, sin poder por otra parte dejar de observarla como un fascinante elemento de estudio, mas no de amor. El significado de la obsesión que lo enloquece sigue siendo objeto de especulación. Según algunos, al compararlo con otras obras de Poe, posiblemente se trate de una señal de la muerte inminente. Para los freudianos, se trata de un signo de castración o de terror ante la consumación física tras el matrimonio, posiblemente debido al escaso interés romántico y sexual de Egaeus por Berenice. Incluso se le ha acusado de fetichismo. Aunque no hay que descartar la posibilidad de que el joven buscase salvar aquello que seguía perteneciendo a la Berenice primigenia, lo que su enfermedad no había podido desvirtuar (e irónicamente esta salvación se convirtiese precisamente en la condena de Egaeus y la muerte de Berenice).

A quienes tengan una mente tan fuerte como para soportar la carga emocional de una sádica historia gótica... a quienes no les impresione meterse en la piel de un enfermo mental... a quienes sean lo suficientemente locos como para atreverse con la historia que Robert Louis Stevenson calificó como "terrible", pues "pulsa en nuestro pecho una cuerda, cuerda que acaso fuera mejor no tocar"... os deseo que paséis una feliz noche con Berenice.

miércoles, 9 de octubre de 2013

El papel amarillo

El primer relato que presentamos en este especial de Halloween es, para mí, uno de los relatos más terroríficos que nunca he leído.


El papel de pared amarillo llegó a mí de una forma curiosa. Durante mi estancia en Graz me matriculé en una asignatura en la que no tenía la más mínima esperanza de entrar, ya que admitían a un número muy limitado de alumnos a los que se pedía muchos requisitos, especialmente a nivel de estudios literarios. Desgraciadamente, yo no tenía ese requisito, pero a pesar de todo la profesora decidió tras el primer día que me aceptaría en clase. La clase de "El terror y lo grotesco en la literatura estadounidense".

Muchas historias leímos y analizamos en aquella clase, pero ninguna como la que Charlotte Perkins Gilman nos ofrece. Ni siquiera fue concebida como una historia de terror, sino como una "liberación" de la autora de ciertas vivencias propias, muy comunes a finales del siglo XIX, momento en el que se sitúa esta historia corta.

El relato es como una especie de diario en el que la narradora, que jamás nos revela su nombre, va comentando su día a día. Nos enteramos de que ha tenido un hijo y sufre de depresión post-parto, por lo que le recomiendan reposo absoluto. Esto incluye descansar también de cualquier actividad artística como pintar, escribir, etc. Su esposo se traslada con ella a una mansión colonial donde ella habrá de dormir en el ático, en una habitación que detesta especialmente por el horroroso papel de pared de color amarillo con unos estampados grotescos. A pesar de la prohibición del médico, ella escribe su "diario", el relato que leemos, cuando él no está en casa. Gracias a ello somos testigos de cómo el confinamiento y la inactividad va haciendo mella en su ya delicada mente, haciendo que visualice a una mujer encerrada tras el papel amarillo, reflejo de sí misma.

Esta obra está sujeta a diferentes interpretaciones. Muchos la consideran una obra feminista, ya que reivindica la autonomía de la mujer y su derecho y necesidad de mantener un trabajo, de no vivir encerrada en casa como solía ser lo común en aquel entonces. Charlotte lo veía como una mera queja a la terapia que le recetaron cuando ella misma sufrió de depresión post-parto y que resultó a todas luces contraproducente para su salud. Otros, como yo, lo consideramos como una historia de terror doméstico, pues cualquiera puede caer preso de una depresión hoy en día.

Sinceramente, al leerlo al principio pensaba que era aburrido, los personajes no están perfilados con profundidad ni se le da especial importancia a prácticamente nada de lo que ocurre, pero en un par de párrafos me sentí fascinada y horrorizada a partes iguales. La desgana y falta total de autoestima que vive la narradora nos llega directamente a través de su escrito, el modo en el que se siente inconscientemente atrapada y ninguneada por su esposo, su frustración por no poder sentirse realizada... es algo a lo que todos tenemos miedo, en mayor o menos medida. Nadie quiere sentirse así, y aquí nos muestran las consecuencias tan terribles que puede tener si llevamos este caso al límite.

Coincido con el estudioso Alan Ryan cuando decía que este cuento "puede ser considerado como una historia de fantasmas, o peor aún, podemos considerar que no lo es".

Estoy segura de que los que lo lean, lo comprenderán.

Este relato inspiró varias obras a la fotógrafa Francesca Woodman

sábado, 5 de octubre de 2013

Especial Mes del Terror - I Edición

Desde hace algún tiempo, algunas de las autoras que llevamos este blog habíamos planeado hacer nuestra particular aportación a los tres días más terroríficos y macabros del año: Noche de Brujas, Día de Todos los Santos y Día de los Muertos o Día de los Difuntos, que como ya sabemos, se celebran del 31 de octubre al dos de noviembre. 



Para amenizar un poco más estos días de rezos por las almas de los fallecidos y el temor por los espectros que puedan presentarse en el umbral de nuestras casas, hemos creado el Especial Mes del Terror, sección que traeremos de vuelta cada mes de octubre con el fin de recomendar obras de temática tenebrosa que no solo no desentonen con el espíritu de estas fiestas, sino que sean candidatos idóneos para compartir a la luz de una linterna.



Nuestro propósito (más bien reto) se resume en los siguientes puntos:
  1. Recomendaremos una obra semanal durante todo el mes de octubre, para que así al llegar el día 31 nuestros lectores tengan al menos cuatro historias que compartir.
  2. Traeremos únicamente relatos cortos o poemas que no necesiten mucho tiempo para leerse y que sean adecuados para la lectura en grupo, dado que lo interesante es leer varias historias en una misma noche y que se mantenga el interés de todos los oyentes. Por lo tanto, durante este mes no actualizaremos sobre novelas.
  3. Un mismo autor no aparecerá más de una vez en cada edición. Así las recomendaciones serán más variadas y nuestros lectores tendrán más posibilidades de encontrar relatos a su gusto. Sin embargo, un autor recomendado este año puede aparecer en ediciones futuras. 
  4. Obviamente la temática de las obras debe estar relacionada con el terror, independientemente de la forma en la que se presente. Recomendaremos obras de terror psicológico, de carácter más gótico o incluso gore, sin olvidarnos del terror más tradicional. Una vez más, queremos traer variedad para satisfacer al mayor número de lectores posible.


Con esto doy por concluida la presentación y comienza oficialmente el Especial Mes del Terror de Koreander en Bibliópolis. A los que no es agrade este género, recordad que en noviembre todo volverá a la normalidad. Y a los que no podáis esperar, os dejos los enlaces a las novelas góticas y de terror que ya hemos comentado:

  • Carmilla: La sensualidad y delicadeza de una mortífera vampiresa hacen no solo que aumente la fascinación hacia ella, sino también su letalidad.
  • Drácula: Un joven notario británico viaja hasta Transilvania para finalizar una venta con el vampiro más famoso de la historia.
  • El fantasma de la ópera: ¿A quién pertenece la voz que Christine oye entre las paredes de la Ópera de París? ¿Será la del misterioso fantasma que tiene atemorizados a empleados y patrones? 
  • Indigno de ser humano: Una dolorosa obra sobre el miedo no solo a la gente que te rodea, sino a ti mismo.
  • La isla del doctor Moreau: Escalofriante reflexión sobre la ciencia descontrolada narrada por un náufrago que llega a una isla cuyos habitantes traspasan la línea de lo animalesco y brutal.
  • Otra vuelta de tuerca: Los fantasmas que se aparecen ante la institutriz de Flora y Miles, ¿son realmente espectros o producto de su imaginación? ¿Qué extraña relación les une con los niños?
  • El retrato de Dorian Gray: Reinterpretación del mito de "Fausto", en el que el alma de un joven virtuoso se ve corrompida ante un peculiar pacto con el Diablo y la promesa de la eterna juventud.

¡Que paséis mucho miedo!

martes, 24 de septiembre de 2013

El asno de oro

Una de las muchas representaciones
de Eros y Psique de Bouguereau
Los autores grecolatinos cuyos nombres se han conservado hasta hoy día se ha considerado durante toda la historia como referentes indispensables para todos los estudiosos, sea cual sea su campo de investigación. Estén o no desactualizados, estos autores asentaron las bases del pensamiento y saber occidental, de ahí que no podemos permitirnos el lujo de olvidar a los más importantes.

Sin embargo, esta desactualización, si bien no resta mérito a las obras, sí que dificulta bastante que el lector pueda acercarse a ellas por mero entretenimiento. En lo que a la literatura se refiere, algunos textos clásicos se hacen poco atractivos como pasatiempo y se han convertido en un tipo de lectura más propia de los intelectuales y estudiosos que para lectores ocasionales.

Representación romana de Isis
El asno de oro (como se conoce desde la época de San Agustín de Hipona a Las metamorfosis de Apuleyo), única novela latina que ha llegado a nuestros días, es curiosamente un libro que puede leerse perfectamente durante una aburrida tarde de verano en la que el lector no busca otra cosa que distraerse. A mí me ha resultado bastante increíble que la que tomé por una obra pesada a día de hoy siguiese siendo tan amena y entretenida.

Apuleyo ha tenido la maestría de escribir una novela prácticamente atemporal, pues diecinueve siglos después de su primera publicación sigue casi tan fresca como el primer día (no completamente, puesto que por suerte las escenas de maltrato animal y a las clases bajas, así como la concepción de mujer como ser de naturaleza malévola, son cada vez más censurables).

Parte de esta frescura reside en la introducción de historias dentro de la misma historia, pues El asno de oro es realmente una recopilación de relatos breves intercalados entre las aventuras y desventuras del protagonista, quien narra no solo su propia historia, sino la de aquellos con los que convive y casi cualquiera que llega a sus oídos. 

A la derecha, Lucio, nuestro protagonista
La temática de las mismas es variada, lo que le da otro punto favorable: historias tanto de magia y fantasía como escenas de la vida cotidiana tan propias del siglo II d.C. como del actual, repletas de celos, infidelidades, romance y un humor muy, muy picante. El carácter doméstico se ve reforzado por un lenguaje más bien cercano, nada grandilocuente o elevado. Pero sin perder un ápice de calidad, a pesar de que la historia sí sea un tanto rocambolesca.

En cuanto al argumento… A los oídos del joven Lucio llegan rumores de que su anfitriona es una bruja de grandes poderes. Movido por la curiosidad, la espía mientras se aplica un ungüento que la convierte en búho y decide obrar del mismo modo. Desgraciadamente se equivoca de tarro y acaba convertido en un asno. El pobre Lucio va pasando de mano en mano, con más pena que gloria, hasta que decide recurrir a la diosa Isis.
Transformación de Lucio
según el cómic de Milo Manara, L'arsino d'oro.
No puedo terminar esta entrada sin volver a recomendar esta obra a quien no la haya leído. Aunque sea para leer la bellísima fábula de Eros y Psique, el arco más famoso y laureado de todos los que componen, dadle una oportunidad a esta novela picaresca que inspiró títulos tan dispares como El sueño de una noche de verano, Pinocho, La bella y la bestia o La metamorfosis kafkiana.

lunes, 9 de septiembre de 2013

La máquina del tiempo

Creo que gran parte del público debe conocer ya mi afición por las distopías literarias. Lo que quizá no sepan tantos es la debilidad que siento hacia la literatura anglosajona del siglo XIX. Y ya si mezclamos ambas... creo que os puede dar una idea de qué novela es la que voy a tratar aquí.


La máquina del tiempo de H.G. Wells. El tema ha sido tratado muchísimo en otros libros, en el cine y en la televisión. Es lo que se dice un clásico, un ícono de la cultura popular. La verdad es que al principio siempre da un poco de miedo acercarse a los clásicos, pero Wells tiene ese don para que, mientras lo lees, te parezca que te está hablando un buen amigo y no un intelectual como realmente era este autor.

El argumento no podía ser más sencillo: El Viajero, como llaman al protagonista, llega a su casa a una reunión de amigos diciendo que ha inventado una máquina del tiempo, con la que se ha trasladado nada más y nada menos que al año 802.701, algo que ninguno de ellos cree. A pesar de todo, les cuenta cómo allí encontró que los humanos había evolucionado a una raza llamada eloi, unos seres amigables pero carentes de inteligencia o fuerza. Más concretamente entabla una relación de amistad con la encantadora eloi Weena, que le explica cómo funciona su mundo. Sin embargo más tarde se encuentra con otras criaturas, los morlocks, que al principio confunde con esclavos de los eloi, pero pronto comprende que los morlock en realidad se alimentan de ellos... y hasta aquí puedo leer.

Debo confesar que disfruté enormemente de cada descripción que se hacía de aquel mundo del futuro, que me recordó mucho a las lecturas de mi infancia sobre viajes y aventuras como los de Gulliver, Miguel Strogoff, etc. Hacía mucho que no disfrutaba de ese tipo de novelas y ha sido un re-descubrimiento de lo más agradable.

Entre las cosas que más me gustaron del libro, está el estudio que el Viajero hace sobre las sociedades que se encuentra. Al principio, da por hecho que la debilidad de los eloi es producto de la ideología comunista, pues al eliminar el sentido de la competencia y no haber lucha alguna por la supervivencia, no había motivación para el desarrollo y las costumbres se relajaron hasta un punto irreversible. Cuando descubre a los morlock, en cambio, piensa que el sistema que se ha creado es una forma de capitalismo llevado al extremo en el que los morlocks son la clase trabajadora que ha evolucionado siendo explotada por la clase dominante, los eloi, hasta llevarlos a un punto tal en el que terminan cazándolos para subsistir.


Se trata de una novela especial no solo por la época y por ser precursora del género distópico, sino porque además aúna la ciencia-ficción con las novelas de aventuras con viajes a lugares exóticos y criaturas nunca vistas por el hombre. Quizá se pueda pensar que al tratarse de un libro que contiene muchos de mis géneros favoritos estaba destinado a gustarme... nada más lejos de la realidad, pues tiendo a ser bastante dura con las lecturas que abordan temas que disfruto, precisamente porque soy una gran lectora de ese tipo de literatura.

Cuando terminé de leerla me dejó un sabor agridulce, quería saber más, pero H.G. Wells te deja con la duda final que no hace sino engrandecer todo ese concepto de aventura y de lo ilimitado del tiempo. Se trata de un autor que disfruto mucho porque no intenta convencerte de que su forma de pensar es la correcta, sino que te expone los peligros de dejarse llevar por una forma de pensar u otra.

Aunque por otro lado, da la impresión de que ocurra lo que ocurra, el ser humano está destinado al fracaso, siempre hay un pequeño rayo de esperanza, el mismo que brilla en uno de los amigos del Viajero, que sigue esperando a que vuelva a casa para seguir contando aventuras. ¿Reales o ficticias? Quién sabe. Pero lo importante es vivirlas y compartirlas... antes de que se nos acabe el tiempo.


domingo, 18 de agosto de 2013

El gran Gatsby

En mi casa no solo somos muy aficionados a la lectura, sino que también nos gusta mucho el cine. Desde que iba al instituto mis padres comenzaron con la creación de una completa filmoteca y el visionado de alguna película se convirtió en la actividad familiar del fin de semana.

Robert Redford caracterizado como Gatsby
Entre esta algarabía de títulos fílmicos hubo muchos que me llamaron la atención, pero pocos me dejaron con el regusto agrio de El gran Gastby (1974). Tenía la impresión de que se me escapaban demasiados elementos, pues no entendía la aparente frivolidad de los personajes retratados. Nueve años más tarde he leído por fin el libro homónimo de F. Scott Fitzgerald, en el que la película se basa, pero la lectura, si bien al enfrentarme a la misma historia con una mayor madurez ha sido esclarecedora, no ha servido de edulcorante.

Jay Gatsby es un joven misterioso y enigmático, poseedor de una gran fortuna de origen incierto y autor de las más desenfrenadas fiestas de la Long Island de los años 20. El motivo de estas fiestas no es otro que el de atraer a Daisy Buchanan, una atractiva y chispeante joven de buena familia, casada con el infiel pero millonario Tom Buchanan, con la que mantuvo un romance cinco años atrás y a la que no puede olvidar. 

Daisy (Mia Farrow) y Gatsby

El gran Gatsby es la decadente historia del fracaso del sueño americano. Gatsby podría considerarse el arquetipo de hombre hecho a sí mismo, un joven de origen humilde que con poco más de treinta años ha montado un imperio, todo con el único propósito de ofrecerle a Daisy lo que no pudo ofrecerle cinco años antes. Los celos, la frivolidad y una avaricia insaciable por parte de quienes lo rodean empujan al luchador Gatsby hacia un dramático final.

Nick, Tom y Gatsby
La novela es una agria crítica a la sociedad de la conocida como Era del Jazz y al desenfreno anterior al Crack del 29. Destaca la oposición entre los ricos asentados, que por su linaje familiar se merecen el respeto de la sociedad, y los nuevos ricos de origen más humilde que son víctimas de habladurías y calumnias acerca de cómo consiguieron su capital (como ocurre con Gatsby); y la oposición de las clases acomodadas, que viven por todo lo alto sin necesidad de trabajar, con respecto a la clase trabajadora, que no puede permitirse faltar un solo día al trabajo (como el complaciente aunque íntegro Nick Carraway, narrador de la novela y uno de los pocos amigos de Gatsby).

Gente enamorada de sí misma y su dinero, sin más propósito en la vida que el de guardarse las espaldas y deleitarse en su apatía y seguridad, queriendo abarcar más de lo que pueden, sin preocuparse en las vidas que destruyen en su paso aplastante y desenfrenado por el mundo.

Pero el sueño de riqueza y belleza es frágil, especialmente para aquellos demasiado nobles como para aplastar a sus contrincantes. El tiempo no puede volver atrás, como la vejez no puede tornarse en juventud. Los accidentes no pueden evitarse, hay que despertar de todo sueño. Y un corazón corrompido por el dinero no puede resarcirse.

Reparto de la película homónima estrenada este año

Para quien no haya leído aún esta obra maestra, en la que el talento literario de F. Scott Fiztgerald se disfruta en cada página, recomendaría que, siempre que les sea posible, intenten hacerse con una buena edición, aunque vaya a salirle económicamente más caro. Algunas ediciones, como la de Debolsillo, tienen la ventaja de permitir al lector ahorrarse unas monedas, pero para ello se valen de traducciones antiguas, en la que los traductores profesionales no existían como tales y que, incluso hoy en día, siguen sin estar revisadas. Una pena.

sábado, 20 de abril de 2013

La isla del doctor Moreau



Reconozco que la ciencia ficción ha sido siempre una de mis asignaturas pendientes. Ya sea porque ciertas doctrinas nunca me interesaron, ya sea por la falta de un criterio bien definido a la hora de catalogar las obras pertenecientes a este género, todo aquello que se catalogase como “ciencia ficción” acabó por producirme irremediablemente un rechazo instantáneo nada más oír su temática. 

Que me perdonen los amantes del género, pero cada vez que intentaba un acercamiento encontraba mucha ficción y poca ciencia. Pareciera como si con tal de introducir un robot, vida extraterrestre o una ambientación futurista ya estamos ante una obra de ciencia, si bien nunca había una explicación científica más allá de que la robótica avanza a grandes pasos o que es desconocida la vida más allá de nuestro planeta. Explicaciones tan vagas, basadas en suposiciones aún más vagas, que me hacían difícil ver una diferencia real entre la ciencia ficción y la fantasía. Más bien parecía una fantasía con pretensiones a algo más.

Así que cuando en un cursillo literario hubo que leer y comentar algunas obras de H. G. Wells, uno de los padres de la ciencia ficción, afronté el reto con un tanto de recelo y más por obligación que por placer. Sin embargo, al poco de comenzar la primera obra quedé absolutamente encantada. La novela en cuestión recibe el nombre de La isla del doctor Moreau y es uno de los títulos más célebres del autor británico. 

Tras varios días como naufrago a la deriva, el joven Prendick es recatado por un barco que lo lleva a un misteriosa isla, habitada por unas personas de aspecto rudo y rozando lo bestial, donde un enigmático doctor llamado Moreau lleva a cabo experimentos secretos con diversos animales, de los que Prendick no oye otra cosa que los gritos de dolor de las fieras.

La novela tiene más de ciencia que la profesión de Moreau. Para cuando Wells concibió su obra, las teorías evolutivas de Darwin, que situaban al hombre entre los animales y no como un ser superior, tal y como se venía pensando, acababan de publicarse. Estas ideas de evolución (y su antagonista, la regresión) y de igualdad entre hombre y bestias, junto con la supresión de los instintitos, marcan profundamente el carácter de la novela, por no decir que la trama gira directamente en torno a ellas. Ni qué mencionar las abundantes explicaciones y reflexiones sobre cómo estos temas afectan a los hechos y experimentos que tienen lugar en la Casa del Dolor. 

Cartel promocional de la adaptación al cine de 1977
Narrada de forma sencilla y directa, sin rodeos, de forma clara y fácilmente comprensible, esto no le impide a Wells regodearse en una atmósfera asfixiante y angustiosa, de ansiedad y rozando lo terrorífico, ni escatima tampoco en poner sobre la mesa temas de reflexión y debate. Temas tan vigentes hoy en día como los derechos y la dignidad animal o qué es lo que diferencia realmente al hombre de los demás animales, si es que hay alguna diferencia real. Todo ello sin que el interés del lector en saber lo que ocurrirá a continuación mengue por un solo instante. No es una obra en absoluto aburrida, sino increíblemente adictiva. 

Creo que puedo afirmar que La isla del doctor Moreau ha supuesto un antes y un después en mi vida, no solo por la maestría de Wells, que hace imposible que le encuentre un solo defecto a la novela, sino por reconciliarme con todo un género literario.
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