viernes, 8 de febrero de 2013

Asesinato en el Orient Express

Una opción que nunca falla cuando sentimos la necesidad de leer, pero no podemos decidirnos por un estilo en concreto es recurrir a las novelas de misterio. Este tipo de novelas nos provee de entretenimiento y cierto ejercicio intelectual sin que se haga pesado y siempre desde una perspectiva lúdica.

Por desgracia, son muy pocas las novelas de misterio que realmente suponen un reto para el lector. Suele estar bastante claro cual es la solución al susodicho misterio desde las primeras páginas. Al seguir todas las novelas los mismos parámetros dan poco lugar a la sorpresa. Es siempre demasiado obvio que el más inesperado acaba siendo el culpable, con lo que el entretenimiento que estos libros proporcionaban en un principio acaba siendo sustituido por la monotonía.


Agatha Christie no se permite el lujo de caer en este error, pues no consiente que sus novelas se vuelvan pesadas para el intrigado lector. Asesinato en el Orient Express es una envolvente novela que te atrapa desde el principio, haciéndote partícipe de la investigación que el entrañable detective Hercules Poirot deberá llevar a cabo en tan ilustre tren. Los contratiempos y pasos en falso a los que nuestro protagonista se enfrenta no solo no desanimarán al lector, sino que harán del caso aún más atractivo y misterioso.

La trama cumple el cuadro típico al que responde una novela de su clase: En uno de los vagones del Orient Express se comete un sangriento asesinato. A partir de aquí, el detective Poirot deberá investigar qué relación existe entre todos los pasajeros y la víctima. Para ello los interrogará minuciosamente teniendo que discernir quién dice la verdad y quién miente para dar resolución a uno de los más intrincados casos de su carrera. 

Como el misterio que hay que resolver es de por sí de lo más complejo, se hace imperativo un estilo sencillo y claro como aquel del que hace gala la autora para conseguir fluidez. No por ello es menos elegante o refinado, como debe ser toda obra escrita por una verdadera dama inglesa. Es capaz de mantener el interés por saber quién es el asesino no solo durante la investigación del caso: una vez descubierto el culpable te urge saber el cómo y el por qué. 
Rutas del Orient Express
El exotismo en el que se enmarca la historia, con el tren partiendo desde Estambul, las mentiras y medias verdades, la doble vida del asesinado, así como la relación entre un quimono rojo sin dueña y el crimen cometido nos embriaga e involucra desde el principio hasta el punto final.

Una pequeña pista: No importa tanto quién ha sido partícipe del crimen como quién sigue con las manos limpias. 

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