sábado, 26 de octubre de 2013

Una cama terriblemente extraña

Un joven inglés amasa una importante fortuna apostando en una casa de juegos de los barrios bajos parisinos. Demasiado bebido como para volver a su residencia, decide pasar la noche en esa misma casa. Tras recostarse en la cama con dosel de su dormitorio, pero incapaz de conciliar el sueño y esperando distraerse, empieza a observar todo lo que lo rodea. De repente se da cuenta de que el sombrero del personaje de un cuadro ha "desaparecido" bajo el dosel.


Una cama terriblemente extraña es un relato breve perteneciente a una saga de seis, conocida como After Dark, publicada en 1856. El nexo de estas historias es un pintor cuyos clientes le relatan mientras son retrados algunas de sus más peligrosas vivencias, caracterizadas por cierto aire gótico y detectivesco.

Es fantástico que Wilkie Collins haya decidido narrar su relato desde el punto de vista de Faulkner, protagonista del mismo, pues resulta mucho más fácil recrearse en el horror y en la desesperación que hace presa el pobre apostador, que es plenamente consciente de que si no juega bien sus cartas, perderá la que podría ser su última partida.

Como insomne que soy, he sentido cierto placer masoquista al reconocerme a la perfección ante la descripción de una persona que no puede dormir y que intenta distraerse con lo que puede, hasta que la falta de sueño y el exceso de cansancio le empiezan a jugar malas pasadas y a producirle cierta paranoia... que en este caso está totalmente justificada.

No deja de ser curioso como de algo tan simple y cotidiano como la imposibilidad de conciliar el sueño se puede crear una historia tan angustiosa como esta.

No es ninguna historia de fantasmas, no hay ningún tipo de ente paranormal, como tampoco hay locura u obsesión malsana de ninguna clase, ni nada macabro. Es puro y simple terror ante algo que es (o al menos parece) inminente, angustia ante una muerte prácticamente segura de la que será complicado salir impune, y más complicado aún que tus asesinos no descubran que has escapado con vida.

Y también terror ante la codicia humana, pues hay personas que, aunque nos muestren una cara amable y altruista, no solo no dudan en poner sus intereses por encima de los demás, sino en aplastarlos para conseguir lo que quieren, así tengan que cometer un horrible crimen por algo tan banal como el dinero.


2 comentarios:

  1. A pesar de que había oído hablar de este autor gracias a una librera apasionada de la literatura (algo ya bastante difícil de encontrar, por desgracia), nunca había leído esta historia en concreto. Me apasiona la forma en la que la describes, lo cierto es que tras leerla me dejó una impresión inmejorable gracias al punto de vista escogido por Collins. Te hace partícipe de la angustia del protagonista, metiéndote de lleno en ella para que la compartas con él.

    Sin duda una recomendación inmejorable, que deja constancia de que la maldad no es siempre sobrenatural y el verdadero terror nos acecha de la mano de seres muy reales con motivaciones muy simples.

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    1. ¡Me alegra que te gustase! Yo no sabía nada sobre Wilkie Collins, solo conocía de oídas algunos títulos como La dama blanca (que no dejan de recomendármelo en Goodreads, ya veo por qué).

      Este relato, el primero que he leído del autor, me pilló totalmente de improviso. Simplemente era el que tocaba leer según el recopilatorio de cuentos de terror que tenía entre manos. Una sorpresa muy grata, sí señor.

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