jueves, 23 de enero de 2014

El clan Inugami

Cuando el cabeza de la familia Inugami fallece, sus hijas y nietos esperan con ansia conocer el contenido de su testamento. Para sorpresa de muchos, el documento designa como heredera a Tamayo Nomomiya, la protegida del difunto a condición de que se case con alguno de sus tres nietos, dejando frustradas las ambiciones del resto de la familia. En caso de que la joven no se decantase por ninguno, la fortuna pasará a manos de un tal Shizuma Aonuma. En estas terribles circunstancias, el afable y destartalado detective Kosuke Kindaichi hace su aparición.

Esta espléndida novela de misterio ambientada en los años cuarenta, y que evoca a obras de la gran Agatha Christie, fue escrita por Seishi Yokomizo, uno de los escritores más célebres y prolíficos de Japón. En El clan Inugami nos enfrentamos a secretos familiares, ambición, muerte y muchas sorpresas.

Redactada con un lenguaje sencillo, que no vulgar o descuidado, sus poco más de 300 páginas dan sin duda para mucho. Como las buenas novelas policíacas y de misterio, te atrapa desde la primera página. Yokomizo es un escritor excelente, no solo por sus talento para la narración (ligera y fluida), sino también por sus dotes descriptivas, ya sean referentes a personajes o escenarios. Estas descripciones no son largas precisamente, pero tampoco necesita añadir nada más. Y, sin duda, todos los personajes que han aparecido en la novela (algunos muy brevemente) me han resultado de lo más interesantes.


La estructura se adecua bastante bien a las necesidades de aquellos lectores que cuentan con poco tiempo en sus agendas. Los capítulos son cortos y prácticamente autoconclusivos, ya que cada vez que comienza uno nuevo, cambia el escenario, el tiempo y los personajes. Gracias a esto, no se pierde el hilo de la lectura.

Lo más inesperado del sorprendente final de este libro, lleno de macabros asesinatos dentro de la propia familia es, paradójicamente, el amor que, si bien pasa como de puntillas, embellece una obra que parecía destinad a una oscuridad absoluta. No es simplemente el amor de la pareja "principal", sino el amor recíproco de unas madres por sus hijos, y los sacrificios que unas y otros llevan a cabo movidos por este amor. Incluso el desapegado cabeza de familia de los Inugami dedicó un último pensamiento hacia aquellos a los que quería.

Por último (y aunque es ya un terreno muy personal), quisiera comentar que es la primera novela japonesa que leí. Como ya se imaginarán los que sigan este blog, siento gran predilección por la literatura del país del sol naciente. Al ser esta la novela que me puso en contacto con ella, le tengo un cariño especial.
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