miércoles, 25 de junio de 2014

La hija de Rappaccini

Nathaniel Hawthorne es conocido por el gran público gracias a su obra maestra La letra escarlata, sin embargo hoy vamos a hablar de uno de sus relatos cortos: La hija de Rappaccini.

El protagonista es Giovanni, un estudiante recién llegado a Padua que, desde su habitación de alquiler, observa día tras día el exuberante jardín del viejo doctor Giacomo Rappaccini. Con curiosidad ve que el doctor no se atreve a tocar ni acercarse a las plantas, sino que llama a su hija Beatrice para que lo haga en su lugar. Giovanni queda fascinado por la belleza de la muchacha, increíblemente semejante a la flor más hermosa del jardín, que por algún capricho de la naturaleza casi parece tener forma humana. Durante las horas que pasa observando desde su ventana, Giovanni observa cómo todo animal que toca esa flor muere rápidamente, y comprende que debe tratarse de una planta venenosa. Sin embargo su estupor crece cuando ve que la bella Beatrice mata un insecto solo con su aliento, y es que la muchacha se ha mimetizado tanto con ese nuevo Edén que, si bien es inmune al veneno de las plantas, ella misma se ha hecho venenosa para cualquier ser vivo que esté cerca de ella. Es a partir de aquí que Giovanni se encuentra en una disyuntiva: quiere estar cerca de la muchacha y amarla, pero al mismo tiempo la teme por su terrible poder…
Giovanni, Beatrice, Rappaccini
Si debo ser sincera, este relato me conmovió. En un principio lo estaba leyendo bastante extrañada, pero Hawthorne tiene la habilidad de ir creando poco a poco el ambiente propicio para que, incluso esperándote ya lo que va a ocurrir, no puedas evitar sentir ese pequeño escalofrío. 

A lo largo de todo el texto ves pequeños detalles que anticipan lo que se avecina, pero no de forma tan evidente como desgraciadamente ocurre en otras historias, su prosa no es tan directa sino que te hace ponerte en tensión a través de algo tan simple como las descripciones del lugar. ¿Quién no se sentiría en el paraíso si se encontrara con la visión de un enorme jardín lleno de flores exóticas y colores vibrantes, por viejas y rotas que parezcan las fuentes y cualquier otra obra creada por la mano del hombre? En esta historia demuestra claramente que algo no necesita ser horrible para inspirar temor, sino que una belleza demasiado sobrehumana puede causar el mismo sentimiento de inquietud.

La decadencia y exuberancia del jardín
Me llamó notablemente la atención la descripción de Beatrice, ya que desde el principio te das cuenta de que no es una simple muchacha. Una figura demasiado angelical, demasiado perfecta… Giovanni siente por ella tanto atracción como repulsión, y si debo dar mi opinión personal al respecto, jamás diría que estuviera realmente enamorado de Beatrice, solo maravillado por una criatura mesmérica que representaba lo sublime en su esencia más pura. De hecho, a menudo me daba la impresión de que estaba enamorado de sí mismo. 

Por último, y si bien no quiero hablar del final del relato, debo decir que para mí fue bastante impactante no tanto por los hechos que relata sino por las palabras que pone en boca de sus personajes. Triste, cruel, hermoso y conmovedor.

jueves, 5 de junio de 2014

Rebelión en la granja

Los animales de la Granja Manor no son felices. Deben soportar el hambre y los malos tratos del granjero Jones sin que ello les permita evitar una muerte prematura. Viejo Mayor, un venerable cerdo al que se le ha permitido llegar a una edad avanzada, exhorta poco antes de morir a sus compañeros a rebelarse en contra del tirano y formar una nueva granja donde todos los animales sean libres e iguales. Las condiciones cada vez peores aceleran la revolución: Jones es expulsado y la granja queda a cargo de los cerdos. Pronto, las personalidades de dos de ellos, Snowball y Napoleón, chocan estrepitosamente. Aun cuando han conseguido su revolución, el camino hacia la igualdad y el respeto es complicado.


Tras su inocente apariencia de fábula infantil, Rebelión en la granja, de George Orwell, es una feroz crítica política y social. En el momento en el que Viejo Mayor se dirige a sus compañeros animales bajo el nombre de “camaradas” y enuncia su revolucionario discurso queda claro por dónde van los tiros: Efectivamente, a medida que los hechos se van desarrollando, vemos plasmados con gran precisión los acontecimientos más relevantes de la Revolución bolchevique y el posterior régimen estalinista.

Al estar escrito a modo de cuento, muestra unos sucesos tan complejos como la Revolución rusa, que a muchos nos dieron más de un dolor de cabeza en el colegio, de un modo sencillo y accesible, lo que hace que sea muy sencillo comprender todo lo que ocurre. El trasfondo ya es de por sí lo suficientemente complejo como para que esta sencillez estilística sea más que bienvenida.

A pesar de que la trama gire en torno a la ya mencionada revolución, no considero que Orwell haga una crítica directa del comunismo per se. Los ideales que promulgaba Viejo Mayor no dejan de ensalzarse en todo momento, el suyo era un mensaje bello y justo sobre igualdad y libertad y, durante un tiempo, llegó a ser factible un mundo tal y como el viejo cerdo proponía. Fue con la llegada de la nueva generación de dirigentes cuando se dieron de lado a los ideales de la Revolución que ellos mismos iniciaron y, cegados por el poder, dan comienzo a una nueva era de opresión y desigualdad (creo que sobra decir a qué camarada señalaba Orwell como culpable directo del fracaso).

Tal y como yo lo veo, no es tanto una crítica a los ideales y reivindicaciones soviéticos como a la corrupción de sus diligentes que, dándole un giro de tuerca a los acontecimientos, se convirtieron en el azote de aquellos a los que habían jurado defender. Esta corrupción puede extrapolarse casi hacia cualquier ámbito donde el poder sea demasiado suculento, pero la Revolución rusa es el caso más claro de lo irónica y contradictoria que puede volverse una revolución social.

Claro que no toda la culpa debe atribuírsele a nuestros cerditos, puesto que el resto de los animales les ha dejado hacer a su antojo, creyéndoles sin cuestionar absolutamente cuando no poseen la cultura e inteligencia suficientes como para comprender lo que ocurre, o, en caso contrario, mantenerse pasivamente escépticos, sin comulgar con la situación, pero sin actuar en contra.



Rebelión en la granja es un libro interesantísimo, tanto para acercarse a la Revolución rusa, como para reflexionar sobre política en general, muy accesible para lectores de todo tipo, ameno e increíblemente adictivo.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...