viernes, 31 de octubre de 2014

El Ciclo de la Luna Roja

Para fecha tan especial como esta, no podemos sino hablar de una obra mucho más extensa que las historias cortas que han formado parte de este segundo especial. El motivo principal por el que lo reseñamos ahora es porque la historia arranca precisamente en la noche de Samhein, más conocida como Halloween. Nos referimos a la saga El Ciclo de la Luna Roja, del español José Antonio Cotrina.

Tras acompañar a su hermanita a pedir caramelos durante el Halloween, Héctor se marcha a la cama, para despertarse poco después y ver a un hombrecillo con una pipa que le habla de un mágico lugar: Rocavarancolia. Le asegura pertenecer a dicho mundo y le ofrece vivir allí durante un año, para explotar ciertos poderes ocultos. El contrato se firma, pero no el hombrecillo no ha dicho toda la verdad. Rocavarancolia es un lugar hostil donde Héctor y otros once muchachos tendrán que luchar por su supervivencia sin saber realmente la razón de esta terrible prueba.



Salta a la vista que estamos ante una saga de novelas juveniles en las que se mezclan magia y supervivencia, algo tan en boga en los últimos años. Sin embargo, algo que la diferencia de la gran mayoría de libros de este estilo es la carencia de un “momento pizarra” en el que se explica al lector los antecedentes de la historia y qué es lo que se espera del protagonista en función a ello. Como consecuencia, el lector y los personajes se ven obligados a ir reuniendo información e ir elaborando teorías que irán confirmando o desechando.

Reconocemos que el primer libro de la trilogía, La Cosecha de Samhein, es un poco flojo, no tanto en calidad de escritura como en lo referente a contenido y acción. Se centra sobre todo en presentar a los personajes, así como el ambiente en el que se van a desenvolver, para que así pueda apreciarse mejor cómo evolucionan en los dos libros siguientes: Los Hijos de las Tinieblas y La Sombra de la Luna (*). Por ejemplo, Violeta tenía la sensación, al leer el primer tomo poco a poco, de que no pasaba nada de interés hasta ya los últimos capítulos. Sin embargo, Estefanía se lo pudo leer de una sentada durante un largo viaje en autobús, con lo que no tuvo este problema.


No solo se ofrece el punto de vista de Héctor, sino también el de las criaturas, mejores y peores, que viven en Rocavarancolia, cada una con sus propios intereses y problemas, al margen de la tragedia del grupo protagonista. De estos niños, nos llamó enormemente la atención lo elaborados que están. Son personajes muy redondos, que, si bien al presentarlos se hacen muy arquetípicos, poco a poco van demostrando que ninguno encaja en un canon concreto que domine todo su carácter. La evolución de algunos de ellos es tan grande que al final cuesta reconocer a los niños que llegaron a aquel mundo inhóspito.

Al igual que los personajes, el mundo mágico de Rocavarancolia está muy desarrollado. El autor nos adentra bastante en su atmósfera terrible y despiadada, mostrando gran parte de su historia, fauna y habitantes (confundiéndose los dos últimos con bastante frecuencia). Se nota la influencia de ciertas obras y mitos, aunque convertidos en algo totalmente distinto, gracias a la imaginación desbordante de Cotrina.

Como no podía ser de otra forma, la trilogía elegida para este especial destaca también por su dureza. La muerte y el dolor se muestran muy explícitos desde casi el primer momento. A Cotrina no le tiembla la mano a la hora de matar o lastimar a alguno de sus personajes, aunque no hace de ello un recurso fácil, pues siempre parece haber una justificación para ello. Todo parece obedecer a una especie de “plan divino”: Cotrina debía tener pensado desde el principio cada detalle, cosa que se nota especialmente en el último libro.

¿Alguna vez habéis soñado con un hombrecillo que os hombrecillo que os ofrece un viaje fantástico?



(*) No estamos de acuerdo la grafía utilizada en los títulos de estos libros. En español, los títulos de los libros solo deberían llevar mayúscula en la primera palabra, a no ser que aparezcan nombres propios, que no es el caso. Nos duelen en el literario corazoncito estas extranjerizaciones absurdas. 

jueves, 30 de octubre de 2014

¿Fue un sueño?

El cementerio.
El lugar que más intentamos evitar durante el año se convierte en un de los más visitados durante esta época. No por aquellos con intención de limpiar y engalanar las tumbas de sus seres queridos para el día de Todos los Santos, sino por aquellos jóvenes más románticos que toman el Halloween como excusa para realizar sesiones fotográficas macabras e incluso fantasean con pasar la noche rodeados de lápidas y cadáveres. Y algunos lo consiguen.
El protagonista de la historia de hoy también sintió necesidad de visitar una tumba y pasar la noche en el camposanto, si bien por motivos distintos y con su resultado desconcertante. En esta breve historia de Guy de Maupassant, nos encontramos con un hombre atormentado por la muerte de su amada.

Tras desahogarse largo rato con un desgarrador relato sobre la enfermedad y fallecimiento de la mujer, y de cómo él ha intentado sobrellevarlo, pasa a relatar cómo la tristeza y el amor lo llevaron a visitar su tumba y pasar la noche junto a ella. Pero algo anómalo acaba sucediendo en el camposanto.

No puedo decir mucho más de ¿Fue un sueño?, o revelaría demasiado a quienes no lo han leído. Pero sí puedo avisaros de que los lamentos por la pérdida del protagonista dejan una sensación desazonadora de dolor y angustia, haciendo al lector mucho más receptivo a lo que el hombre experimentará en el cementerio. Todo el relato está narrado con gran maestría, pero esta parte, la más larga, es la que más me ha impresionado, pues retrata este pesar de forma tan apasionada y realista que realmente duele. Y es que tener que afrontar la muerte de alguien que nos es precioso es una de las experiencias más amargas por las que hemos de pasar. 

A este dolor, así como miedo surgido ante las visiones del cementerio, se une otro malestar, debido a un nuevo sentimiento: la desconfianza hacia lo que nunca se había dudado. Y, finalmente, el derrumbe de aquello en lo más se había creído.

Sé que esta es una entrada muy corta, pero realmente no puedo contaros más. En compensación, os dejo un audiorrelato de ¿Fue un sueño?, bastante bien narrado, ideal para escucharlo durante la Noche de Brujas... o siempre que os apetezca disfrutar de una buena historia de corte gótico.


viernes, 24 de octubre de 2014

El joven Goodman Brown

No es la primera vez que aparezco por aquí con algún relato corto del impresionante Nathaniel Hawthorne, pero todos aquellos que hayan leído algo suyo estarán de acuerdo conmigo en que sus historias merecerían ser reseñadas una por una. En esta ocasión tengo el placer de presentaros El joven Goodman Brown, un breve cuento que se ganó muy buenas críticas por parte de sus contemporáneos y que hoy en día sigue siendo uno de los relatos favoritos de muchos de los grandes aficionados a la literatura de terror. 

Goodman Brown es un hombre confiado que vive con su esposa Faith dentro de la comunidad puritana de Salem. Una noche, a pesar de los ruegos de Faith, se interna en el bosque para encontrarse con un hombre de aspecto corriente que guarda cierto parecido con el propio Goodman, aunque su naturaleza parece ser ciertamente diabólica. Este desconocido le ofrece su cayado en forma de serpiente, que guía a nuestro protagonista hasta una serie de revelaciones que le hacen dudar de la buena fe de su comunidad e incluso de la bondad de su propia esposa. 

Al tratarse de una historia bastante corta y de planteamiento simple, resulta difícil hacer un resumen sin contar prácticamente todo lo que ocurre, especialmente las visiones de Goodman Brown. Durante toda la historia se mantiene la duda de si lo que ha visto es la realidad o un mero producto de su imaginación, pero lo cierto es que Goodman Brown termina la experiencia como un hombre completamente cambiado. 

Toda la historia es una hermosa y espeluznante alegoría que empieza con los nombres de los protagonistas, Goodman y Faith, que sin duda representan la esencia de estos personajes. También es visible en el proceso de internamiento en el bosque, que suele simbolizar un proceso de aprendizaje y la pérdida de la inocencia, como ya ocurre en varios cuentos clásicos como Caperucita Roja, Hansel y Gretel, etc.

Uno de los temas principales que se abordan durante todo el cuento es la corruptibilidad del alma humana. Goodman Brown observa cómo uno a uno, aquellos a los que creía más piadosos y admirables dentro de su comunidad, resultan ser muy diferentes a aquello que proclaman. La fe que profesan es solo aparente y no parecen albergar buenos sentimientos en su interior.

Nathaniel Hawthorne
Personalmente la impresión que me ha dado ha cambiado mucho con el tiempo. Leí este cuento hace un par de años, junto con otros cuentos breves del mismo autor y siempre he pensado que lo importante era saber si las visiones de Goodmman Brown eran reales no. Sin embargo, al preguntarme mi madre por el relato y verme obligada a simplificar toda la trama, caí en la cuenta de que no era así. Lo importante es el cambio. Goodman Brown pasa de ser un hombre que solo ve la bondad aunque solo sea aparente, para ser un hombre huraño que desconfía de todo y todos, incapaz de ver lo bueno en cada uno de nosotros.

A pesar de todo, el demonio del bosque consigue su propósito: Goodman ha perdido su propia esencia, se ha perdido a sí mismo... y ha perdido la fe, personificada en su esposa. Ha pasado de un extremo a otro.

Es interesante, como en la entrada anterior, observar la propia vida de Nathaniel Hawthorne para entender sus escritos. Su bisabuelo fue uno de los jueces que condenaron a veinticinco mujeres en los famosos juicios de Salem, el mismo lugar en el que se sitúa la historia. Incluso uno de los personajes que aparecen, Goody Cloyse, fue una de las condenadas en aquellos juicios. Quizá este relato no sea más que un intento de reconciliarse con este pasado que tanto lo atormentó, intentando entender que su propio antepasado no era ni una persona intachable ni un hombre cruel. Solo un hombre, con su parte oscura y su parte bondadosa.

En definitiva, tras leer este relato os quedaréis con esa pequeña tensión símbolo de alerta constante. Todos nos sentimos un joven Goodman Brown que acaba de volver del bosque a casa, mirando a todos nuestros seres queridos sin estar seguros de conocerlos de verdad. 


martes, 14 de octubre de 2014

El gato negro

Un joven matrimonio lleva una vida apacible junto a sus muchas mascotas, de entre las que el marido destaca al gran gato negro, Plutón. Sin embargo, el carácter afable de este hombre cambia radicalmente a causa de un alcoholismo cada día más severo, llegando a maltratar a su esposa y los animales. Especialmente sádico con Plutón, acabará matándolo. Los remordimientos lo llevarán a adoptar a un nuevo gato, sin saber que este nuevo felino será quien le haga tocar fondo.


En El gato negro, famosísimo y aterrador relato corto del estadounidense Edgar Allan Poe, no hay que batirse con ningún ente paranormal. No hay almas en pena, espíritus vengativos ni monstruos aterradores. El narrador y protagonista sin nombre, un hombre tan común y corriente como cualquier otro, será a un mismo tiempo cazador y presa, puesto que es su propia mente perturbada la causante de todo el horror en el que se ven envuelto tanto él como su familia.

Ilustración de Byam Shaw
El idílico entorno familiar que se mostraba en un principio pasa a ser el escenario propio de una pesadilla. El autor no se recrea en los detalles, pero tampoco oculta información al lector, porporcionandole datos concretos que le permitan hacerse una idea del sadismo y la demencia de las que hacía gala el protagonista e imaginar lo que debía suponer una vida así para los allegados de este hombre.

Sin embargo, este tormento no es dañino solo para la familia. La agónica culpabilidad que siente el marido llega a ser dolorosa. No cesa de lamentar sus crímenes, que han causado tanto dolor en quienes le querían y no merecían un trato así por su parte.

Es imposible no hablar de El gato negro sin mencionar el estremecedor e hipnótico final, que proporciona una de las escenas más macabras y sorprendentes que he tenido el placer de leer. El horror de esta escena, a un tiempo visual y auditivo, es simplemente perfecto.

Aunque quizás lo más terrorífico sea la certeza que de que hay mucho de verdad en este relato. Al igual que su protagonista, Poe, bebedor en exceso, compartía con su jovencísima esposa Virgina, una gata, Caterina.


¿Cuánto ha reflejado Poe de su vida doméstica en este relato?

jueves, 9 de octubre de 2014

El hombre de arena

El hombre de arena, también conocido como Sandman, es un personaje de la mitología céltica que ha inspirado innumerables obras. Novelas gráficas, canciones y... relatos. En esta última clasificación entra la obra de E.T.A. Hoffmann, incluída dentro de sus Cuentos nocturnos.

Portada de la edición de Valdemar
Narra la historia de Nathanael, un joven estudiante que vivió una experiencia traumática de niño. Su nodriza solía asustarle con la historia del hombre de arena, que atacaba a los niños que no se dormían temprano echando arena sobre sus ojos hasta hacerlos sangrar y arrancárselos, alimentando con ellos a sus propios hijos. El pobre Nathanael llegó a creer, tras un desafortunado accidente en una noche febril, que el hombre de arena asesinó a su padre. Ahora, sin embargo, ha crecido y tiene otras cosas en la cabeza, como el hecho de que a pesar de estar comprometido con Clara, la hermana de su mejor amigo, se siente atraído por Olimpia, la hija de Spallanzani, su profesor.

La nodriza de Nathanael
Siempre he pensado que el formato ideal para la literatura de terror, es el relato y no la novela. Con una novela nos vemos en la libertad e incluso, debido a su extensión, en la obligación de interrumpir la lectura por periodos más o menos largos, aunque solo sea para comer o irse a la cama a dormir de una vez por todas a pesar de lo enganchados que estemos a la historia. Esto hace que la tensión se interrumpa y deba volver a retomarse más tarde, cosa que resulta difícil, siempre tardamos un poco en poder volver a meternos de lleno en el argumento y su atmósfera de misterio. En un relato esto no pasa, se mantiene la tensión continua, in crescendo, hasta que te dan un golpe final que te deja temblando.

Como podéis ver por esta explicación, ya tenía altas expectativas sobre El hombre de arena, y aún más solo por pertenecer al gran maestro del romanticismo negro alemán, pero la lectura se me hizo mucho más fascinante de lo que esperaba. 

La figura del hombre de arena es la principal responsable de mi entusiasmo por este relato. Hasta el final tenemos la duda de si es real o solo un producto de la imaginación de Nathanael, y eso ya es suficiente para dar escalofríos. Sin embargo, este personaje proviene de la fábula de un amigable hombrecillo que ayuda a que los niños tengan sueños hermosos al esparcir arena sobre sus ojos... la sensación de ver transformada una figura amable en algo tan grotesco hace sea mucho más siniestro que si simplemente se tratara de un monstruo de conocida crueldad. Como ese asesino en serie que "siempre saludaba", no lo ves venir.
¿Vendedor de ojos o de gafas?

La figura de Olimpia, en cambio, no me inspiró tanto terror como quizá esperaban, salvo quizá por el detalle de los ojos. Hay una obsesión latente en toda la historia con el tema de los ojos, con arrancárselos a la persona a la que pertenecen. Nathanael cree reconocer al hombre de arena en un vendedor de "ojos", que más tarde resulta ser un simple comerciante de gafas... aparentemente.

En definitiva, la habilidad de E.T.A. Hoffmann para introducirnos en la cabeza del protagonista a pesar de estar narrado por una tercera persona e introducir el estilo epistolar, es admirable. Si os gusta la literatura gótica aconsejo que le echéis un vistazo a este relato, especialmente a los que disfruten con el estilo de Edgar Allan Poe. Hoffmann no es, ni de lejos, una copia germánica de Poe, pero entra en ese mismo estilo perturbador y hermoso a un tiempo.


domingo, 5 de octubre de 2014

Especial Mes del Terror - II Edición

El año pasado quisimos rendir homenaje a la literatura de terror durante octubre, puesto que a finales de este mes comienzan las fiestas por las almas de los difuntos, los santos y los espíritus malévolos. Este 2014 no hemos querido ser menos que el anterior y, un año más, traemos a Koreander en Bibliópolis nuestro Especial Mes del Terror.

Al igual que el año pasado, recomendaremos relatos cortos de corte terrorífico para que cuando llegue el día 31 los lectores que lo deseen tengan una pequeña selección de siniestras historias que compartir con sus amigos durante la noche de Halloween. 


Los puntos en los que nos movemos son los siguientes:
  1. Recomendaremos una obra semanal durante todo el mes de octubre, para que así al llegar el día 31 nuestros lectores tengan al menos cuatro historias que compartir.
  2. Traeremos únicamente relatos cortos o poemas que no necesiten mucho tiempo para leerse y que sean adecuados para la lectura en grupo, dado que lo interesante es leer varias historias en una misma noche y que se mantenga el interés de todos los oyentes. Por lo tanto, durante este mes no actualizaremos sobre novelas. Aunque es posible que este año acabemos con alguna sorpresa...
  3. Un mismo autor no aparecerá más de una vez en cada edición. Así las recomendaciones serán más variadas y nuestros lectores tendrán más posibilidades de encontrar relatos a su gusto. Sin embargo, un autor recomendado este año puede aparecer en ediciones futuras. 
  4. Obviamente la temática de las obras debe estar relacionada con el terror, independientemente de la forma en la que se presente. Recomendaremos obras de terror psicológico, de carácter más gótico o incluso gore, sin olvidarnos del terror más tradicional. Una vez más, queremos traer variedad para satisfacer al mayor número de lectores posible.

Por último solo queda desear un feliz y terrorífico mes de octubre y recordar a los lectores menos dados al tenebrismo que en el mes de noviembre todo volverá a ser como antes.

Que paséis mucho miedo.

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