domingo, 18 de enero de 2015

País de nieve

“País de nieve” es el nombre que recibe la zona comprenden las prefecturas de Gumna y Niigata. Esta área rodeada de montañas presume de ser la parte del mundo en la que más nieva, al menos teniendo en consideración la latitud en la que se encuentra (la misma que Nueva York y Barcelona).

Niigata en invierno
Este País de nieve gozó de gran popularidad en el Japón anterior a la Segunda Guerra Mundial gracias supuestamente a sus beneficiosas aguas termales, que atraían a gran cantidad de viajeros varones de mediana edad en busca de reposo, tranquilidad y el calor de las termas durante la estación fría. Sin embargo, la verdadera popularidad del País de nieve es algo más turbia. Cada balneario contaba con varias geishas para proporcionar entretenimiento a sus huéspedes. Las geishas de balneario (o de montaña) son las de más baja condición, sus artes en la música, la danza o la conversación apenas están cultivadas y la línea que las separa de las prostitutas es bastante difusa.

La preciosa geisha de balneario Matsuei
inspiró el personaje de Komako
Es en este paisaje donde Yasunari Kawabata sitúa la historia de su novela País de Nieve. Shimamura regresa a unas termas en la mencionada región buscando la compañía de una jovencísima y fogosa aprendiz de geisha, Komako, que le causó una fruente impresión. Pero al País de nieve vuelve también Yoko, otra joven que sacará a relucir sus antiguas rivalidades de Komako.

Esta novela, de las primeras que podrían considerarse obras de madurez de su autor, es, como lo sería más tarde Lo bello y lo triste, una deliciosa combinación de belleza y sufrimiento. De forma magistral, Kawabata nos habla de la soledad de Komako y de sus ansias por ser amada, aun cuando busca cariño en quienes, como Shimamura, no son capaces de dárselo. La conocemos cuando aún sigue siendo una niña ingenua, pero rápidamente vemos como evoluciona hasta convertirse en una mujer desencantada y consciente de su soledad, una madurez descrita de forma casi violenta, pero natural y sin que rompa con el encanto de la muchacha.

Una edición japonesa
Shimamura no es verdaderamente un hombre cruel, pero tampoco desconoce el daño que le causan a la joven geisha, quien acaba superándolo en madurez y sabiduría. Yoko, si bien su relación con Komako resulta bastante clara, aporta un aura de misterio y desequilibrio a todo el relato.

El marco en el que estos tres personajes se sitúan es el más idóneo y juega un papel determinante. La hermosura y la decadencia del lugar hace juego perfectamente con la frialdad de las relaciones en el balneario y el declive de las cada vez menos solicitadas geishas, de las que Komako, tan limpia y delicada como la nieve recién caída, es el mejor ejemplo.

País de nieve es perfecto para quienes disfrutan leyendo sobre las pasiones del alma, o para quienes busquen deleitarse con la hermosa prosa de su genial autor, al calor de una estufa durante las noches de invierno.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...